Un abogado capitalino que circunstalcialmente vino a nuestra ciudad por cuestiones de la profesión, preguntó extrañado por qué razón Carlos Casares es la única ciudad que no tiene rotonda en el cruce con los accesos.
El destinatario de la pregunta no le supo que contestar con seguridad, dado que en realidad no lo sabe, como tampoco lo sabe ningún casarense, si bien las suposiciones y opiniones al respecto son variadas y algunas emitidas desde distintos lugares del arco político local.
Y esto último, el de achacar responsabilidades no tiene sentido, por cuanto tanto el gobierno anterior como el actual la pidieron decenas de veces, y si fuéramos más lejos nos encontrariamos que también gobiernos anteriores a los nombrados gestionaron la construcción de dichas rotondas. Y decimos «dichas» por cuanto es tan necesaria la rotonda en el cruce con el acceso Mouras como la del cruce con el acceso Virgen de Luján.
No podemos evitar, y en verdad lo hemos echo ya otras veces el mencionar que varios vecinos y otras personas que circunstancialmente transitaban por la ruta 5, han dejado su vida en ese cruce y también en el otro, razón por la cual puntualizamos la necesidad de dos rotondas.
Volviendo a la pregunta inicial, ¿por qué Casares no y las otras ciudades sí?, esa es la pregunta que se le debiera trasladar a los funcionarios provinciales y nacionales que pueden contestarla. La tienen Mercedes, Chivilcoy, Bragado, 9 de Julio, Pehuajó y Trenque Lauquen. Atribuirle una intencionalidad política no es válido, como lo decíamos anteriormente, ya que ha cambiado el color de los gobiernos municipales, y de las rotondas no se habla.
Tal vez sea necesario algún soporte de la comunidad, que unida y decidida haga el reclamo ante quien corresponda, echando mano incluso a medidas que llamen la atención de la prensa local, regional y nacional, y que los funcionarios tomen conciencia que una rotonda significa menos muertes, menos heridos, menos accidentes.
El abogado extrañado se fue sin obtener una respuesta. Habrá pensado que tal vez Casares no figura en el mapa de los políticos de La Plata o de Capital, que somos un pueblito de segunda al que no vale la pena construirle una rotonda, porque en números, o mejor dicho a la hora de contar los votos aporta muy poco.
De todas maneras no creemos que sea así, porque si así fuera no tendríamos esperanza alguna, y como dice el refrán, la esperanza es lo último que se pierde. Pero claro, la esperanza está tan golpeada, tan maltratada, que en el cruce con la resignación también necesitaría una rotonda.