Faltan tres meses para las próximas elecciones primarias y abiertas, y no se ve humo en el rancho de la familia peronista. Por lo menos a nivel de los sectores participantes en la última contienda, salvo Maximiliano Caprioli que ya se está moviendo y todo indica que nuevamente dirimirá fuerzas en el ámbito justicialista local. El funcionario provincial Carlos «Café» Rodríguez hasta el momento tiene su local cerrado, Mariana Núñez que estaba con Sabatella no se sabe que hará, y Carlitos Salvi del Movimiento Evita, no ha exteriorizado nada. No obstante todavía tienen tiempo, el ambiente político en el mismo justicialismo está muy convulsionado, nadie sabe con seguridad cuales son las relaciones entre Cristina y Scioli, Massa amaga pero no avanza, todo es muy confuso e incierto. Algo similar ocurre con el resto de los partidos, algunos de los cuales intentan formar alianzas, surgen candidatos aquí y allá, el peronismo disidente no logra unirse, la izquierda de Pino Solanas está mezclada con el fundamentalismo de Lilita Carrió, Macri amaga juntarse con este, con aquel y con el otro pero hasta el momento no formaliza con nadie, el radicalismo no se pone de acuerdo y el GEN tampoco, y el resto de los partidos chicos también está a la deriva. El 11 de agosto se votará en todo el país, y luego ya con el panorama más despejado se realizarán las legislativas el 27 de octubre.