Una conocida profesional de nuestro medio se encontraba días pasados en su domicilio cuando recibió un llamado. Del otro lado de la línea alguien se cercioró con quien hablaba y le comunicó que su sobrino había tenido un grave accidente automovilístico en las inmediaciones de Pehuajó y que había muerto. Desesperada la vecina le inquirió algunos detalles, que quién le hablaba se los dio con precisión (nombre de la presunta víctima, automóvil y otros datos familiares), e incluso cuando la mujer le preguntó porqué no llamaba a la madre de su sobrino, el hombre le dijo que no quería darle esa mala noticia, que prefería decirle a ella para que lo manejen de la mejor manera posible. Ante la desesperación de la mujer, un hijo también profesional, tomó el teléfono y estableció una conversación con quien llamaba, que hablaba con seguridad y conocimiento, aunque algunos pequeños baches hicieron que el hijo de la mujer desconfiara y cortara la conversación, para luego llamar a la madre de su primo y presunta víctima estableciéndose que todo era mentira, el invento de una macabra historia que en esos momentos no alcanzaban a comprender por qué ni para qué.
OTRAS ESTAFAS
Días más tarde algo similar ocurre en la localidad de 30 de Agosto, cercana a Trenque Lauquen. Otra historia, diferente argumento pero siempre orientado a desesperar al destinatario, refiriéndole un hecho dramático, en este caso un secuestro con pedido de rescate incluido. Los destinatarios de la llamada creyeron todo, al borde del pánico anotaron las instrucciones de quien les hablaba y realizaron un depósito de 20 mil pesos en una cuenta de Western Unión en Córdoba. El engaño se había consumado. El presunto secuestrado no existió.
Se presume con indicios muy precisos que se trata de la misma banda que llamó a la profesional casarense dándole esa noticia atroz. No se supo cuál hubiera sido el desenlace porque el hijo cortó la conversación, pero los investigadores están convencidos que son los mismos delincuentes de uno y otro llamado, y podrían tener que ver o pudieron haber tenido que ver con fuerzas policiales. La forma en que se manejaban y el idioma que usaban así lo indicaría.
La autoridades judiciales intervinientes están preocupadas y pretenden alertar a aquellas personas que reciban ese tipo de llamadas, a fin de que intenten confirmar la veracidad de las mismas y no ir más allá si no se tiene la plena seguridad de lo que manifiestan. Que no se dejen ganar por la desesperación porque ahí reside la efectividad del engaño.