La policía y los vecinos buscaban a un changarín de 40 años que vivía solo y pese a ser borrachín, era inofensivo y no tenía problemas con nadie.
Lo vieron por última vez el lunes a las 18,30 hs. Se develó el misterio.
Se llama Justo José Aguirre, pero todos le dicen «Yiyo». Apareció hace tres o cuatro años en Smith, venía de Pehuajó donde tiene familiares y desde entonces se afincó en la localidad. Trabajaba como changarín, aquí y allá, pese a ser borrachín no molestaba a nadie, concurría al club, todos los conocían y en realidad lo apreciaban. Vivía solo y jamás dio que hablar, salvo por alguna de sus borracheras, pero como decíamos anteriormente no era agresivo ni molestaba a nadie.
DESAPARECIÓ DEJANDO LA PUERTA ABIERTA Y EL MATE PREPARADO
La última vez que vieron a «Yiyo» fue el lunes a las 18,30 hs. Al otro día alguien lo fue a buscar para un trabajo y al ir a su casa la encontró con la puerta abierta, «Yiyo» no estaba pero había dejado el mate preparado. Como no aparecía le preguntaron al colectivero si no lo había llevado a Moctezuma (hacia donde iba a realizar algunos trabajos) pero la respuesta fue negativa. Fue avisada la policía y esta hizo público una averiguación de paradero, brindando como datos las prendas que «Yiyo» vestía la última vez que fue visto. Zapatillas blancas, jean azul y pullover. Mide 1,70 m. llevaba el pelo corto y sin señas particulares. Tiene 40 años.
RASTRILLAJES
Ni bien corrió la noticia entre los vecinos de Smith, estos supusieron que tal vez borracho «Yiyo» se había caido en alguna zanja y podría estar muerto. Atento a esas sospechas la policía rastrilló la zona, e incluso viajó allí el Jefe Departamental y otros policías de alto rango, pero ni noticias de «Yiyo». E incluso se lo buscó en Bragado donde en alguna oportunidad había trabajado y alguien dio el dato que podía andar por ahí. Los que más lo conocían sentenciaron: «Este se fue sin avisar y como otra veces va a volver, seguro que se fue por algún trabajo».
¿TENIA MIEDO?
Otros creyeron recordar que en alguna oportunidad, tal vez animado por el alcohol, «Yiyo» dijo que tenía miedo, que un par de veces fue la policía a interrogarlo porque todos pensaban que podía ser testigo de algo «gordo». ¿Delirios tal vez, o algún temor infundado?.
Lo cierto es que «Yiyo» no aparecía y en la localidad se seguían tejiendo hipótesis, mientras la policía continuaba buscándolo.
VIVITO Y COLEANDO
«Yiyo», fiel a su personalidad errante, a su vida solitaria y a que no tenía que darle cuentas a nadie de lo que hacía, recibió una oferta de trabajo de una estancia en Guanaco y hasta allí fue. Si dejó la puerta abierta y el mate preparado no se acuerda, lo encontraron, está bien, y cuando se le termine el «pique» probablemente vuelva a Smith, ocupe el rancho que ahora está tapera, y vuelva a sus monólogos curdelas y a su vida relajada, esperando otra aventura que lo convierta en famoso, y que su foto salga en todos los diarios.