Las radios, canales de televisión y medios escritos capitalinos no hablan de otra cosa que de los 500 productos de la canasta familiar que en un acuerdo del gobierno y las cadenas de supermercados, decidieron congelar sus precios. Gran parte o al menos una parte de los productos no se encuentran en las góndolas, los precios que entre unos y otros supermercados difieren, no están bien identificados, los tamaños de los envases son los menos requeridos, y un sin fin de problemas hacen que la gente proteste, los beneficios sean relativos y el resultado está muy lejos del que se esperaba.
Pero todos hablan de Capital o del Gran Buenos Aires y ciudades importantes, donde son muchos los supermercados que han adherido al plan. Aquí en Casares no tendría sentido esa discusión por cuanto hasta el momento sólo hemos podido detectar una sola boca de expendio, el supermercado La Anónima, con los productos con precios congelados, al menos una buena parte de ellos, ya que al no tener la lista se hace imposible controlarlos. Dimos un recorrido por las góndolas y además de un gran cartel indicador existen pequeños carteles en los sectores donde se encuentran dichos productos.
Pero Casares no es solamente La Anónima, también está el super Día %, hay dos super chinos y autoservicios locales que reciben un importante flujo de clientes, a los cuales se debería incluir en dicho plan de abaratamiento, que de esa manera beneficiaría a toda la población.
Dejemos los almacenes de barrio, que compran caro y obviamente tienen que vender caro, pero el grueso del consumo se da en las grandes bocas de expendio y sólo una cuenta con los productos con precios congelados, o al menos una parte de ellos, los esenciales según hemos podido comprobar.
Sabido es que en Carlos Casares gran parte de los sueldos son chicos, que las economías familiares son en algunos casos precarias, por lo que una política de precios contribuiría al mejoramiento de sus posibilidades. No se puede pensar eternamente en los habitantes de Capital y del Gran Buenos Aires, para repetir una remanida frase podemos decir que «el interior también existe», pero pareciera que los que manejan no se dan cuenta, o solo lo tienen en cuenta en épocas de elecciones. O bien, como también se dice: Dios está en todas partes, pero atiende en Buenos Aires.