Desde la escuela primaria sabemos que el 20 de junio de l820 es el día de la muerte de Manuel Belgrano y no el de la creación de la bandera ,que fue un 27 de febrero de l812 a orillas del río Paraná. Durante mucho tiempo los elaboradores de efemérides se esforzaron en confundirnos, amparados en un relato histórico que no tenía a Belgrano entre sus preferidos. Pero hay una generación de investigadores contemporáneos que está haciendo justicia con tan significativa personalidad de nuestra historia.
Escribir sobre “el hijo de la Patria” como a él le gustaba decir en su inconmensurable modestia, es un orgullo para quien se precie de amar la libertad, la participación y la justicia social.
Tener una bandera que nos identifique no es una obra menor, pero elaborar las bases de la Constitución Nacional, luego retomadas y organizadas por Alberdi, es de un verdadero intelectual y patriota, a lo cual le sumó el coraje de dirigir ejércitos libertadores.
Fue hombre de leyes y empuñó espada cuando hubo que hacerlo, pero hay que destacar como rasgo distintivo su profundo respeto y solidaridad por los pueblos originarios. A la sazón me gustaría dejarles algunos conceptos referidos a la posesión de la tierra y el trato a los trabajadores rurales cuando en la Campaña al Paraguay se encontró con los Pueblos de las Misiones:
. Libertad a todos los naturales de las Misiones: gozarán de sus propiedades y podrán disponer de ellas como mejor les acomode sin perjuicio de sus semejantes.
. Establecimiento de escuelas gratuitas de primeras letras, artes y oficios
.. Expropiación de las propiedades de los enemigos de la revolución y reparto gratuito de esas tierras entre los naturales.
. Elección de diputados por cada pueblo de las Misiones para participar de un Congreso Nacional.
.. Derechos laborales: todos los trabajadores deberán cobrar en efectivo no aceptándose ningún tipo de vales o bonos
. Pena de muerte para los que apliquen castigos corporales a sus trabajadores.
Este era el pensamiento de Belgrano en 1810.
Pensar que ciento cuarenta años después, Juan Domingo Perón sancionó el Estatuto del Peón Rural, pensando al igual que Don Manuel en la dignificación de este vapuleado sector. Sin embargo hoy se siguen encontrando trabajadores rurales en situaciones de semiesclavitud, y no muy lejos de aquí, bajo el poder de algún estanciero rico, o de una multinacional y con la vista gorda de algún gordo burócrata sindical.
Pero la lucha de Don Manuel no fue vana, muchos tomaron su posta y si bien el camino es muy sinuoso, nuevos derechos se van logrando.
Eternamente gracias por su legado.
Prof. Daniel Lombardo