Días pasados varios encuestadores recorrían la ciudad y entrevistaban al vecindario, una joven se acercó a un conocido docente y comenzó a realizarle la encuesta. Todo iba muy bien hasta que llegó a un punto de la consulta en la cual se le preguntaba al encuestado que es lo que más le molesta de Carlos Casares. La chica tenía una lista de los items más corrientes que generalmente señalan los vecinos, como «el tránsito», «la falta de limpieza», «calles rotas», «los semáforos», «ruidos molestos», etc., pero la persona encuestada no nombró nada de eso. Sólo dijo: «lo que más me molestan son los perros que vagan por las calles». La encuestadora tuvo que agregar a su lista la palabra «perros».