El sábado a la noche culminaron los festejos por el centenario del club Atlético Carlos Casares, con la realización de una espectacular cena en el “Salón España”, un lugar emblemático ya que en sede de la Sociedad Española, el 9 de Julio de 1913, se fundó la hoy centenaria institución deportiva.
La celebración “genuina” alcanzó ribetes extraordinarios, disfrutando los casi 700 asistentes de una fiesta fenomenal, donde aparte de comer bien se derrochó alegría y entusiasmo hasta las 7 de la mañana dominguera.
Desde el primer momento y en una sala adornada al efecto con cortinas blancas en todo su contorno, se dio rienda suelta al sentimiento “genuino” con cánticos tribuneros y el clásico “dable blanco” atronando el espacio, mientras cientos de manos agitaban servilletas blancas con el logo del centenario, que fue el souvenir para que por siempre se recuerde el acontecimiento.
El servicio de catering estuvo a cargo del pehuajense Pelliza, con un menú exquisito y “bien regado”, como adelantáramos en nuestra edición anterior. Las mesas fueron para 12 comensales, cubiertas con manteles blancos con cintas negras y las sillas forradas con telas blancas y negras. Todo bien “genuino”.
Tras degustar la enorme cantidad de exquisiteces de la recepción y la música de la banda “Quo Vadis”, hicieron uso de la palabra el presidente de la comisión organizadora de los festejos, Sr. Claudio Perelló y el presidente actual del club, contador Martín Albizu. Perelló comenzó deseando a todos que pasaran una muy buena noche de fiesta; saludó la presencia del intendente municipal, esc. Walter Torchio; agradeció a las autoridades y socios que colaboraron para embellecer el club; a las comisiones que a lo largo de 100 años lo engrandecieron, destacando que el club es un lugar de encuentro, en el que los chicos pueden practicar el deporte que deseen. Finalmente destacó la labor de la comisión de festejos.
Luego Albizu agradeció el hecho por dicha comisión, instando a los presentes a festejar toda la noche.
Tras esta breve parte protocolar, con la musicalización del “Killy” Oroño la pista se llenó de bailarines, hasta que llegó el momento de degustar el primer plato del menú, consistente en matambres arrollados de pollo y ternera, con ensalada rusa.
EL REENCUENTRO
Con la música de “Quo Vadis”, siguió lo que para ex jugadores, técnicos y directivos de Atlético C. C. tal vez fue el momento de mayor emoción de la noche al reencontrarse después de mucho tiempo, abrazándose unos a otros con notable sentimiento, recordando pasadas jornadas futboleras, que contribuyeron a la grandeza de la institución deportiva decana de nuestro medio.
PLATO PRINCIPAL Y META BAILE
Como plato principal se degustó pollo deshuesado a la parrilla y asado de ternera, acompañado con variedad de ensaladas y con los últimos bocados la música del “Kily” llevó a todos a continuar bailando, momentos en que hizo su ingreso al salón un enorme robot, recubierto de luces que cambian de color y con luces laser en sus manos, de las que por momentos salía fuego y en otros humo de color. Con el robot moviéndose contínuamente y una música fenomenal, bailaron hasta los rengos…
LA REINA
Tras la aplaudida sorpresa de la actuación del robot, fue presentada la reina del centenario, que representará al club Atlético en la próxima edición de la Fiesta Nacional del Girasol, Miriam Lucero, quien fue coronada por la soberana saliente Macarena Espinosa y por la reina 2.006 Nadia Terrazzolo. La impactante belleza de las reinas provocó el aplauso y la ovación de la concurrencia.
Retiradas las soberanas, habló Gustavo Oroño, autor de la muestra, museo del centenario, informando que la misma permanecerá abierta al público durante esta semana en los salones del club.
También mencionó Oroño a algunos visitantes y los saludos de otros, como los del recordado arquero de los 60-70, Héctor Dusio, con 84 años de edad.
TORTA Y BRINDIS
Para el corte de la torta del centenario fueron convocados los ex presidentes presentes en la fiesta, brindándose con exquisito champagne por la 1ra. Centuria “genuina”, para luego “atacar” la mesa de dulces en la que tortas, tartas, helados, etc. invitaban a odiar al Dr. Cormillot…
BAILE Y COTILLÓN HASTA EL FINAL
Ya cerca de las 5 de la matina, se distribuyó el cotillón alusivo a la fiesta (sombreros y gorros blancos, etc.) y con la música del “Killy” Oroño los “genuinos” le dieron al baile sin parar, con alegría desbordante, hasta alrededor de las 7 hs. en que las velas ya no ardían… culminando así una fiesta espectacular, el verdadero acontecimiento social del año en Carlos Casares, que será recordado de por vida por todos los que tuvieron la suerte de disfrutarlo.