La gran incógnita del exitoso procedimiento policial realizado por efectivos de la DDI con la colaboración de la policía local, finalmente se develó. Como se sabe y lo puntualizamos en carácter de primicia, en un allanamiento realizado a los sospechosos de haber tomado parte en el secuestro virtual extorsivo al intendente Torchio y a otras personas de la región, fue secuestrada una misteriosa caja cuyo contenido no se supo hasta recién ayer martes, en que fue abierta por la jueza que entiende la causa, Dra. Anastasia Marques, tomando todos los recaudos procesales a fin de que no puedan ser invalidadas las pruebas.
SU CONTENIDO
La caja, de unos 10 ó 12 cm. de ancho por 20 de largo daba toda la impresión de estar llena, y si se la sacudía podía comprobarse que había elementos en su interior. Se presumía que podría contener el dinero que pagó el intendente Torchio al ser extorsionado, también alhajas y otros efectos, y de su contenido dependía que la justicia pueda dictar las órdenes de detención necesarias para desbaratar la banda. Por eso los presentes en la apertura guardaron silencio y contuvieron la respiración como en una película de suspenso. Pero allí no estaba el dinero de Torchio, tampoco las alhajas de su señora ni el dinero y las alhajas de las víctimas de otros hechos similares. Sólo encontraron dos teléfonos celulares y numerosos chips listos para ser usados en llamadas a nuevas víctimas de secuestros virtuales. Diríase «herramientas de trabajo» de los malvivientes, el resto ya estaba en el poder de los que manejan las fianzas de la banda. No obstante esos elementos serían suficientes para dictar órdenes de detención, aunque algunos juristas tienen sus dudas. De todas maneras está claro que la justicia tiene suficientes elementos como para desbaratar, al menos por un tiempo, una banda con extensas ramificaciones que van más allá de lo imaginable.