…y yo que sigo soñando,
pienso en él…la mueblería…
y ya ven, como aquel día
otra vez estoy llorando…
Héctor Gagliardi
Aquel vecino, Hermindo Jalfin, el Tito querido y buen amigo, que con alma de mueblero dejara su nombre y su recuerdo en la historia de mi pueblo…
Aquel muchacho de los años mozos, que con elegante primor, con su sonrisa y su pinta fue, en su juventud, sinónimo de conquistador…
Quien con alma de mueblero, vocación que había heredado, escribió historia comercial que nadie ha olvidado….
De la barra del Social y del café con amigos, son muchas las cálidas semblanzas que nos ha dejado Tito…
Hermindo Jalfin, Tito para el trato familiar y cotidiano de los amigos y vecinos, fue, verdaderamente, un personaje ligado a los recuerdos más queridos de los casarenses. Comerciante en el ramo de la mueblería, tuvo, en los momentos de mayor esplendor un amplio local de ventas en la Avenida 9 de Julio, entre San Martín y Maipú, donde hoy hay un negocio de autoservicio, mientas que en la vereda de enfrente, donde hoy se ubica un importante comercio de venta de artículos para el hogar, estaba el también amplio depósito, lo que da una idea de la importancia del comercio, una de las mueblerías más tradicionales de Casares. Allí muchas generaciones de casarenses amueblaron sus viviendas, logrando en el trato cordial y humano proceder, las facilidades económicas en la negociación, el adecuado clima para la feliz transacción comercial.
Casado con Beatríz Zucchiatti, padre de dos hijos, Susana y Omar, que dieron la presencia de los nietos, que pusieron la calidez de primavera al otoño de su existencia. Tito llevó una vida feliz que a través del tiempo, fue poblando con hermosos momentos su trayectoria, que ha dejado un sin fin de recuerdos que lo han de perdurar en la memoria colectiva de mi ciudad.
Y, como todo ocurre en la vida, los plazos se van cumpliendo y el andar por el mundo terrenal va llegando a su fin. Y fue el viernes 19 de julio, cuando el de Hermindo Tito Jalfin, completó su recorrido. Y con la serenidad de los justos, que han cumplido con su destino, emprendió el que muchos llaman el postrer viaje, el que, para esos muchos, no tiene regreso, pero que sabemos que se vuelve retorno en la calidez de los recuerdos, que nos entibian el alma de la presencia desde esos celestes espacios, para decirnos que no se han ido, que están volviendo en cada vivencia que nos habla de ellos.
Hermindo “Tito” Jalfin te has ido físicamente, pero yo sé, estoy seguro, que estarás regresando en cada hermoso momento que le ponga color de amistad a nuestras nostalgias…
JUAN DOMINGO ONDANO