Si no fuera la expresión de un candidato opositor en medio de una campaña eleccionaria, diríamos que estamos ante una denuncia de extrema gravedad, que habla de la extorsión moral o material que ejerce el gobierno comunal sobre un sector de la comunidad.
No vamos a calificar desde este espacio tal afirmación, máxime porque viene de un vecino que nos merece nuestra mayor estima y respeto, pero si dudar de que sea verdad lo que se dice, ya que de ser cierto estaríamos poniendo en duda la integridad moral del Jefe comunal y sus colaboradores inmediatos.
Frases de ese tipo no son nuevas en el ideario político nacional. A eso estamos acostumbrados, también al insulto a la investidura presidencial, a la descalificación malintencionada, al uso de palabras que encierran un deseo malsano y golpista.
Que no ocurra eso en Carlos Casares. Si existiera algún comerciante que sienta miedo de expresarse que lo diga, si se siente extorsionado que lo exprese. ¡Que no quede la duda por favor!. Caso contrario estaríamos habilitando la política local para el apriete, la extorsión y la venganza.
Siempre se dijo que los empleados del municipio tienen miedo a expresarse contra el gobierno en ejercicio. En este aspecto siempre hubo mucho de autocensura, en todos los gobiernos, sin excepción, pero que los comerciantes tengan miedo, es la primera vez que lo escuchamos.
El del comerciante no es el mismo caso del empleado, ningún comerciante debe atar su economía a los favores del gobierno de turno, y si lo hace y dice tener miedo, es por la misma razón del empleado: AUTOCENSURA.
Tal vez quien dijo lo que dijo se refirió a esos comerciantes acostumbrados a vivir asistidos por la política, pero ellos difícilmente tengan miedo, se han acostumbrado a decir lo que algunos oídos quieren escuchar, abstrayéndose de expresar sus propias opiniones.
En las campañas electorales se dice mucho y variado, se habla de malas gestiones, de políticos que le dan la espalda al pueblo, de propuestas superadoras y hasta del hastío que pueden llegara a tener los vecinos con una administración, pero cuando se habla de la falta de libertad para expresarse por el miedo a la represalia y la venganza, eso ya es grave, y si se lo hace debe ir acompañado de pruebas. Caso contrario se convierte en una mentira más de campaña política.