Como en todas las elecciones, prácticamente sin excepción, se hacen apuestas y algunas por demás jugosas.
La euforia de los chicos de Torchio, Daguerre y Cía. hizo que sus adversarios del GEN-UCR los desafiaran pidiendo una ventaja de 300 votos. «Hay cualquier plata» dijeron los pupilos de Peli y Lucho, mostrando un cheque de 50 mil pesitos de una importante cerealera (que no era Los Grobo, obvio…).
Previa consulta familiar el carnicero dirigente del FpV apostó 10 mil morlacos, quedando picando el desafío de los 50 mil, que los Daguerre boys quedaron en contestar. Hubo conversaciones, aparecieron en escena algunos peronachos timberos de ley, y resolvieron hacer una vaquita a 5 mil per cápita y aceptar la apuesta. Se comunicaron con el mensajero «santo» del GEN-UCR, le dijeron que ponga los 50 ya que aceptaban la apuesta, pero desde el otro lado la línea quedó muda. «Arrugaron, seguro que la encuesta domiciliaria que hicieron les dio que pierden por más» dijo uno de los peronistas al que le asomaban de su bolsillo 50 billetes flamantes de100 pesos que había traído de su casa.
El que descorchó una sidra peronista fue el carnicero, que sumó 10 mil a sus alforjas y seguramente le regalará algo a su patrona por haberle dado el sí.