Si pensábamos que Casares podría ser la excepción en lo que respecta a la sucesión de hechos de agresividad y violencia por parte de los alumnos de las distintas escuelas, sea con sus propios compañeros con manifiestos hostigamientos y acosos, ahora llamado bulling, que se resume en un maltrato de todo tipo, sea psicológico o físico, como así también las muestras de agresividad e intolerancia hacia sus maestros, llegando incluso a la amenaza y en algunos casos a las vías de hecho.
El caso recientemente registrado en una escuela rural, más precisamente de Cadret, donde un alumno ocasionó destrozos en el establecimiento y amenazó de muerte a la directora y a la maestra, demuestra que ese tipo de comportamientos no es privativo de alumnos de centros poblados de importancia, sino también de pequeñas sociedades, que como la nombrada se cuentan en unos pocos cientos de personas.
Los docentes, conscientes del incremento de estas situaciones, que pueden o no desnudar una problemática familiar, no encuentran soluciones efectivas, ya que al no reconocerse el principio de autoridad y perderse el respeto a sus maestros, no saben como comportarse, y en algunos casos llega a tanto la agresividad y falta de prejuicios de sus alumnos, que terminan teniéndoles temor y toleran sus actos de indisciplina para evitar males mayores.
Decíamos al referirnos al hecho concreto de la escuela de Cadret, el cual fue denunciado a la autoridad policial por una maestra, seguramente atemorizada por las amenazas y acciones de dicho alumno, que tal vez esa no sea de por sí sola la solución al problema. Que su tratamiento debe contemplar otras acciones, seguramente terapias de apoyo a ese niño y también a su familia, a fin de desentrañar las motivaciones que lo llevan a manifestarse de ese modo, que de manera alguna se condice con sus 10 años de edad.
El reciente y monstruoso hecho ocurrido en Uruguay, por el cual dos niños de 11 y 14 años asesinaron a machetazos a otro niño de 11, porque lo odiaban, y las circunstancias que rodearon al macabro hecho, deben poner en alerta a toda la sociedad, ya que son cada vez más comunes los hechos de violencia extrema por parte de menores en edad escolar.
En otro contacto intentaremos ocuparnos de los chicos abusados que exhiben en la escuela comportamientos inequívocos, que si bien son detectados por sus maestros, estos evitan iniciar una investigación y denunciarlos a la autoridad competente, por los problemas que puede acarrearles dicha actitud.