El sábado ppdo. tuvo lugar el cumple de los mellizos Paulina y Luciano Torchio Grobocopatel, los hijos del intendente Walter Torchio y Andrea Grobocopatel.
Pero como cuando cumplieron los 15, Pauli fue la reina de la fiesta, y Luciano su invitado Vip, esta vez a los 18, el Rey de la Noche fue Luciano y Pauli su invitada especial.
Hecha la aclaración les cuento que la fiesta tuvo lugar en Baires en el Palacio Alsina, una antigua usina de principios del siglo pasado convertida en espectacular discoteca y salón de fiestas. Cientos de invitados, una gran, gran mayoría de jóvenes, amigos y compañeros de Luciano (y también de Pauli) que llegaron en bandadas traídos desde Charly City en varios colectivos. También decenas de amigos de la family Grobo, funcionarios del municipio, amigos de la política, obviamente empresarios top y todo el charme que uno pueda imaginarse. La elegancia de las damas era superlativa, pero tampoco la exageración. Los hombres de elegante sport unos, y trajeados muchos.
Pero los que coparon la noche fueron los chicos. Llenaron la pista, no pararon de bailar y saltar, Luciano iba de aquí para allá, saludaba, lo besaban, abrazaban y estrujaban. Primero super trajeado, a los pocos minutos perdió el saco, luego su camisa quedó afuera del pantalón, la corbata a media asta, en fin, como era de suponer.
Bocaditos exquisitos, bebidas a discreción, mucha charla, música estridente, espectacular juego de luces y derroche de animación. El Dj (yo les dije alguna vez que estaba para cosas grandes) era Fabio Molinetti, un maestro, que nada tiene que envidiarles a Hermán Catáneo, a Paul o a Diego Ro-k, ¡un genio!.
El salón se dividía en mesas convencionales para 10 personas y el living en el cual los invitados compartían e interactuaban en sillones, todo muy descontracturado y cero formalidades. Eso sí cuando llegó el plato fuerte todos sentaditos, al igual que para deleitarse con el dulce. Comían y se iban a bailar, los chicos seguían copándolo todo, y los mayores se sumaban al jolgorio.
Los atorrantes de Peligro Sin Codificar realizaron un sketch de «Los Rebos y la Cumbia Papal», el gordo Pichu con sus acostumbrados disfraces, super gracioso, su compañero, cantaron, hicieron números de mágia e invitaron a subir a Luciano, a Pauli, a varios chicos y también a los padres de los cumpleañeros, Walter y Andrea.
El corte de la torta estuvo super emotivo, las abuelas Edith y «Chuchi» lloraban a baldazos, también Andrea, aunque el común denominador era felicidad y alegría. Un momento único, muy aplaudido y celebrado.
Otro show, en este caso familiar, lo dio la presentación de la banda bullanguera de River Plate, club del cual Luciano es fana, en la cual se veían con casacas de la banda roja a sus hermanos, tios, primos y abuelos, portando pancartas y con lluvia de papelitos, pero en medio de los cánticos apareció un bostero desubicado, que no era otro que el abuelo Ofo (Adolfo) con la camiseta de Boca, al que casi lo achuran. «Permiso» dijo al entrar, y una gallina casi le pone un huevo…morado.
Los mayores reinaron cuando llegó el momento de disfrutar de la mesa de dulces, Un verdadero festival de delicias servido en la parte alta del salón, obra maestra de la repostería. Variedad de tortas y tartas, musses, bombones, frutas y todo lo que se pueda imaginar. Las bellas damas presentes cerraron sus ojitos, abrieron la boca y le dieron por una noche licencia a sus regímenes.
Más baile, mucha movida, y ¡Siga la Fiesta!, con la actuación de los platenses Sin Ensayo, ídolos de la cumbia pop, recibidos con aplausos y chillidos de admiración por sus seguidores, los que se arremolinaron frente al escenario para escucharlos mejor y comérselos con los ojos. Vino el cotillón, la locura bailantera, parecía que la fiesta recién comenzara.
Esto fue un resumen, podría seguirla lunga pero el champagne, o mejor dicho la laguna de champagne que se me formó al final de la nigh, me hizo superponer los acontecimientos.
Cuando los mellis cumplan 20 años viene el próximo festejo. Por ahí coincide con la reelección de Walter…